Hace 96 años nació Ursula K. Le Guin, y en su memoria queremos compartir parte de una obra que sigue iluminando la imaginación contemporánea. Escritora visionaria y profundamente humana, Le Guin transformó nuestra manera de concebir el mundo y de contarlo.
Su pensamiento y su literatura nos invitan a imaginar historias más terrestres, alejadas de los mitos del héroe, el imperialismo y la conquista. Nos recuerdan que narrar también puede ser un acto de cuidado, de escucha y de vínculo con lo vivo.
Su influencia se extiende mucho más allá de la literatura: ha inspirado a ensayistas, científicas, cineastas y creadoras de todo el mundo, entre ellas a Hayao Miyazaki, cuya obra Nausicaä del Valle del Viento (1984, Studio Ghibli) recoge ecos directos de su universo de Terramar.
A continuación, compartimos algunas de sus obras esenciales:
LA TEORÍA DE LA BOLSA DE LA FICCIÓN
En este ensayo Ursula K. Le Guin nos invita a imaginar otros modos de contar. Frente al mito del héroe conquistador y la narrativa del progreso, propone una literatura que recoja, contenga y comparta, como una bolsa que guarda semillas. No se trata de dominar el mundo a través de la historia, sino de tejer relatos que lo sostengan. Historias que alimentan, conectan y nos recuerdan que narrar es cuidar.
Una obra breve pero esencial para repensar la ficción como herramienta de comunión, no de conquista.
LOS DESPOSEÍDOS: UNA UTOPÍA AMBIGUA
Una de las cumbres de la ciencia ficción utópica. En “Los desposeídos”, Le Guin imagina dos mundos contrapuestos: uno capitalista y otro anarquista. A través del viaje del filósofo y cientifico Shevek, explora las tensiones entre libertad y colectividad, entre idealismo y poder. Lejos de ofrecer respuestas simples, la novela nos enfrenta a una pregunta radical: ¿puede existir una sociedad verdaderamente libre sin romper el vínculo con los demás?
Una lectura imprescindible para pensar la utopía no como un destino, sino como un camino compartido.
EL NOMBRE DEL MUNDO ES BOSQUE
Ambientada en un planeta exuberante devastado por la colonización humana, esta breve novela es una potente alegoría contra el imperialismo y la violencia extractiva. Le Guin transforma la ciencia ficción en un canto a la resistencia de los pueblos y los ecosistemas. En el corazón de la historia late una idea profunda: la violencia contra la Tierra es también violencia contra nosotros mismos.
Una fábula ecologista y anticolonial que sigue siendo dolorosamente actual.
Por último, les dejamos uno de sus discursos más memorables, pronunciado en los 65º National Book Awards de 2014: un mensaje lleno de lucidez, humor y esperanza, donde defendió el papel de la imaginación y el poder transformador de las palabras.